San Martín de Porres
Nací en Lima, Perú, en 1579. Fui hijo ilegítimo de un noble español y una esclava libre de Panamá.
Mi padre se fue de casa y mi mamá, mi hermana y yo tuvimos que sobrevivir, en medio de grandes dificultades. A medida que los años pasaban, sentía el rechazo de la gente hacía mí por ser mulato. Además, las personas como yo no eran aceptadas en las órdenes religiosas.
Pasaba largas horas en oración y pedí ser aceptado en la Orden de los Dominicos, en la que fui aceptado, pero como parte de la servidumbre.
Desde ese momento, por 15 años hasta 1601, permanecí en la Orden como hermano Donado, luego fui aceptado como hermano Cooperador hasta que en 1610 fui aceptado como Terciario.
Sentía una profunda devoción por la Eucaristía y rezaba continuamente. Me abstuve de comer carne como acto de austeridad.
Me preocupé por cuidar a todas las personas, sin importar su condición económica o el color de su piel. Además de mi trabajo en la enfermería, distribuía comida para los pobres y erigí una escuela.
A la edad de 60 años, enfermé con fiebres y resfríos. Después de un año de soportar el dolor, morí el 3 de noviembre de 1639.