Santa Josefina Bakhita
Nací en 1869 en Sudán en África. De niña fui secuestrada y vendida como esclavo. Después de grandes dificultades, un funcionario italiano me compró y me trató con amabilidad. Más tarde me llevó con él a Italia. Una vez allí, me dejó con una familia llamada Michieli. Cuando nació la hija de la pareja, me convertí en su cuidadora y amiga. Más tarde, la pareja nos envió a las dos a las hermanas canosianas en un convento en Venecia. Allí aprendí acerca de Dios y desarrollé un deseo de ser católica. En mi bautismo, me llamaron Josefina. En 1896 me convertí en hermana. Serví a la comunidad cocinando, cosiendo y atendiendo la puerta. Fui amable y dulce con los niños y animé a las personas menos afortunadas a tener fe. Morí en 1947 en el convento rodeada por las otras hermanas.