Santa Juana de Arco
Nací en 1412, en Orleans, en la parte noreste de Francia. Mi madre alimentó en mí un profundo amor por la fe, la Iglesia y sus enseñanzas. En ese momento, Francia estaba azotada por un conflicto con Inglaterra, en el que Inglaterra había ganado por el momento. Inglaterra ocupó gran parte del norte de Francia y muchas personas en mi aldea se vieron obligadas a abandonar sus casas. A la edad de trece años, con la ayuda de San Miguel y los santos, determiné que Dios quería que yo salvara a mi país del enemigo inglés. Sentí firmemente que debía ayudar al príncipe Carlos a convertirse en rey. Como parte de mi misión divina, hice un voto de castidad. En 1428, me dirigí a un bastión de los leales a Carlos. Pero me rechazaron. Sólo después de mucha persistencia, pude visitar a Carlos y pedirle que me diera un ejército para dirigir a Orleans. En contra de la opinión de sus consejeros, él concedió mi petición. Tuve una victoria milagrosa, mi reputación se extendió por todas partes entre las fuerzas francesas, y el cambio de moral nos trajo la victoria sobre los ingleses. En 1430, durante una batalla fui capturada por los ingleses. Un año después, el 30 de mayo, me llevaron al mercadillo de Rouen y me quemaron en la hoguera.