San Felipe Neri
Nací en 1515 en Italia. Mi familia quería que me convirtiera en un exitoso hombre de negocios. Fuí entrenado por mi tío en ese sentido, pero gradualmente fui descubriendo que quería seguir un camino diferente. Fui a Roma a estudiar. Durante este tiempo, tutoré a niños pequeños, visité las iglesias y las catacumbas. Quería entregar mi vida sólo a Dios, trabajando con aquellos que necesitaban más mi atención. Comencé a trabajar entre los pobres y los enfermos en Roma. Primero fui laico, pero luego descubrí mi vocación al sacerdocio. Después de mi ordenación, hablé con diferentes personas y los convencí de unirse a mi. Juntos, fundamos El Oratorio, una comunidad de hombres que se reunían con Dios a orar, cantar y discutir sobre la fe. Muchas personas vinieron a buscar mi consejo, incluyendo muchos futuros santos. Siempre mantuve mi sentido del humor y mi actitud cordial hacia los demás. Fallecí en 1595, dejando a la iglesia un legado duradero a través de mi ejemplo de entrega total en las manos de Dios.