San Juan Bosco
Nací en Becchi, Italia, en 1814. Cuando tenía dos años perdí a mi padre, así que fui criado por mi madre, gracias a quien aprendí a amar a la Iglesia y me acerqué a la fe. Cuando tenía nueve años, tuve un sueño que reveló lo que haría en mi vida. En mi niñez, me entretenía con mis amiguitos en juegos, pero también orábamos y les enseñaba algunas cosas de la fe. Fui ordenado sacerdote en 1841 después de recorrer un largo y difícil camino de preparación. Comencé mi apostolado con los jóvenes, fundando un Oratorio. Hacía bien mi trabajo gracias a mi unión con Dios y mi confianza en María, nuestro auxilio. Encontré a mis mejores colaboradores entre los jóvenes y junto con ellos fundé la Sociedad Pía de San Francisco de Sales (Salesianos). Luego, junto a Santa María Mazzarello creé el instituto de Hijas de María Auxiliadora (Hermanas salesianas). Los últimos tres años de mi vida fueron muy difíciles, estaba muy anciano y cansado pero seguía con mis labores en la congregación de Salesianos. El 31 de enero de 1888, con los nombres de Jesús y María en mis labios, entregué mi alma al Creador y a mi Señora.