Santa Rosa de Lima
Nací en Lima, Perú, en 1586, en el seno de una familia noble. Debido a mi belleza y a que un sirviente había visto en sueños que mi rostro se convertía en una rosa, me dieron el seudónimo de Rosa y fue el nombre que tomé el día de mi confirmación en 1586. Desde muy joven sentí el deseo de convertirme en religiosa; oraba, hacía ayunos y recibía la comunión todos los días, lo cual era considerado como una rareza en mi época. Además de ello, hacía penitencias de forma secreta. Mis padres se oponían a mi deseo de ingresar a una orden religiosa, ellos querían que me casara, pero al final, mi padre accedió y me concedió una habitación de la casa. Pasaba mucho tiempo orando en mi habitación. A veces, dormía tan solo dos horas con tal de tener más tiempo para orar. También ayudaba a los enfermos y a los hambrientos en mi vecindad. A la edad de 20 años, fui aceptada en la Tercera Orden de Santo Domingo y continué una vida dedicada a la oración y la penitencia hasta el día de mi muerte. Tenía 31 años.