San Joselito Sánchez
Nací en Sahuayo, Mexico, en 1913. Asistí a la escuela en mi pueblo natal y luego en Guadalajara. En 1926, en mi país, estalló la guerra de los Cristeros. Mis hermanos se unieron a la causa, pero a mí no me lo permitieron. Después de insistir tanto, me las arreglé para llevar la bandera de la tropa. Recibí el sobrenombre de Tarcisio, en honor al santo. Durante esos días asistía a las clases de catecismo y me involucré en actividades parroquiales. Puse mi vida en riesgo, pues el culto público estaba prohibido. Entregué mi vida a Jesús por el rezo diario del Santo Rosario y otras oraciones. En una batalla, el caballo del general fue asesinado y le di el mío. Él escapó, pero yo fui capturado por las tropas del gobierno, que me encerraron en la sacristía de la iglesia local. Aquí fui torturado. El día de mi muerte me arrastraron al cementerio y una vez allí, los soldados me apuñalaron.